Y dado que estoy al recontrapedo porque
1) Laburo: Ni tengo ni consigo.
2) Estudiar: Ya estudié y si quiero hacer una especialización o algo onda postgrado, me remito al item N° 1, que, a su vez me lleva al iten N° 3
3) Dinero: no tengo, por lo cual esta Semana Santa me quedo en mi casa.
Y a mi se me da por cocinar los días que no viene la Sra. que trabaja en casa, también conocida como "Madeline" (sos una maza, te recontra banco).
Un poco porque me gusta, otro poco para no sentirme tan parásito vividor de padres y otro poco porque mato un par de hs. del día.
Cuando no viene Madeline, generalmente, Padres compran Pollo al Spiedo en el Disco, haciendo un promedio de 3 pollos por semana.
Declinando mis ofrecimientos de cocinar otra cosa, negándose a comprar las materias primas que otro plato, común y corriente, necesita, etc. Sistématicamente comemos Pollo al Spiedo.
Llegué a creer que era una actitud aleccionadora, onda " Pero vos que te crees, boludo grande? Que todavía te vamos a dar el gusto con la comida cuando sos un líquen que nos sigue explotando????"
Hasta el día de hoy......
A medio día, cociné bifes y papas a la BBQ. Como no sobró para la cena, a la noche cociné fideos con crema de cebollas y zanahorias, hechas en reducción de un champagne que debe haber estado, en la heladera, añejandose,ya abierto, para que lo use yo hoy desde Año Nuevo mas o menos (un polvo).
Todo esto, claro está, con la intención de no comer pollo.
Termina la cena, sobremesa, charla.
Padre me mira y, con pena, me dice : "No hace falta que cocines a la mañana y a la noche. Es muy esclavizante la cocina"
Vaso Medio Lleno: No me consideran tan líquen como yo creía.
Vaso Medio Vacío: Vamos a seguir comiendo Pollo al Spiedo 3 veces por semana.
Entonces el Pollo al Spiedo que yo tanto rechazo terminó siendo una especie de paladín de la Justicia que viene a liberarnos de la autoritaria cocina.
Una especie de Che Guevara de piel crocante, rostisado circularmente (Parése derecho, Ud. está por cocinar un ave muerta).
Ahí caí en cuenta de el porque de que mi cocina sea mínima.
Y de golpe, cual trompada, me vinieron recuerdos de escuchar y leer como la gente siempre quiere la cocina grande. Para que la vida hogareña y familiar transcurra mayormente ahí y no en el family room (o galería), como en mi casa.
Total que voy a tener que atesorar cada momento pasado frente al mostrador de Comidas Hechas del Disco. Ahí estaba el amor de mi familia.
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